miércoles, 28 de octubre de 2015

Tarta de Red Velvet y Ganaché de chocolate blanco


    ¡No podía esperar más para enseñaros esta tarta "Cupcake gigante" que mi compi de repostería Vanesa Nessa y yo hemos preparado para un cumpleaños muy especial. 

     Ha sido un proceso algo largo pero porque era la primera vez que la hacíamos y no queríamos fallar. ¡La ocasión merecía toda nuestra energía y concentración! ¡Y vaya si mereció la pena! 

     ¡Estaba todo pensado! Antes de hacer la tarta me puse a pensar en un proyecto para que fuera una tarta muy especial y no surgieran después demasiados imprevistos. La idea estaba clara, quería que tuviera un bizcocho "Red Velvet" (terciopelo rojo) y que el relleno fuera Ganaché de chocolate blanco. (Haz clic encima si quieres ver su elaboración) ¡Y dibujé un boceto!
   Así que a continuación os pongo los ingredientes para hacer el Bizcocho Red Velvet:

  • 300 g. de harina de trigo.
  • 300 g. de azúcar glas.
  • 150 g. de mantequilla sin sal (Tª ambiente)
  • 230 ml. de leche entera.
  • 2 cucharadas de vinagre.
  • 2 huevos grandes "L".
  • 1 cucharadita de levadura química en polvo.
  • 1 cucharadita y media de bicarbonato.
  • 2 cucharadas grandes de cacao en polvo desgrasado. (Yo uso marca Valor sin azúcar")
  • Colorante rojo en pasta.
  • Media cucharadita de sal.
  • 8 g. de azúcar vainillada o una cucharadita de extracto de vainilla en pasta.
   Para el relleno ir a -----> Ganaché de chocolate blanco.
                             -----> Crema de queso.

   Para cubrir la tarta los ingredientes que necesitaremos serán:
  • 500 ml de nata vegetal.
  • 9 paquetes de Kit Kat de chocolate con leche o negro.

    Ahora, te voy a poner el paso a paso con fotos para que no te pierdas ni un detalle del proceso. recuerda que, para hacer esta tarta debes tener un molde para Cupcake gigante. ¿Que dónde lo compré? Me lo regaló mi amiga Vanessa que lo compró en TIGER por 6 euros. ¡A qué esperas! ¡Cómpralo que merece la pena!

     
PASO A PASO 

   Lo primero que tienes que hacer es medir y pesar bien los ingredientes. Una vez esto, añade los ingrediente secos por un lado, y después los húmedos. ¡No los mezcles! Todo tiene su sentido...

    Antes de nada vamos a preparar nuestra "Buttermilk" o "suero de leche". Esto, que a priori parece una tontería hará pero hará que nuestro bizcocho salga más jugoso. ¡No cuesta nada hacerlo!  Se trata de echar en un recipiente la leche mezclada con una cucharada de vinagre. Una vez lo echemos notaremos como la leche adquiere una textura parecida a la leche "cortada" ¡Genial! Eso significa que nuestro suero de leche está bien. Dejamos reposar hasta que la usemos. 
    Ahora que ya tenemos nuestro "suero de leche" listo vamos a seguir con el resto de ingredientes. En un bol echamos la mantequilla pomada y el azúcar glas. Mezclamos bien hasta que se integren completamente. 


  A continuación echamos los huevos uno a uno mezclando bien para que la mezcla sea homogénea. ¡Cuidado con las cáscaras! ¡Sería terrible que una se colara...! ¡Pobre al que le toque! (jaja)


    Seguidamente tamizamos la harina, el cacao, la levadura y el bicarbonato para asegurarnos de que no tenemos ningún grumo que nos pueda estropear la masa. ¡Recuerda que deberás echar los ingredientes secos poco a poco! ¡Ten paciencia! ¡Las prisas y la repostería no son muy amigas! (jeje) Te lo digo yo... ¡que me he llevado más de un chasco! (jaja)


    Ahora debes echar el colorante al "suero de leche". El bizcocho Red Velvet se caracteriza por ser un bizcocho "rojizo" de chocolate. De ahí la importancia del colorante. Es opcional, pero recuerda que si no le echas el colorante rojo ya no será Red Velvet... será bizcocho de chocolate "a secas" (jiji).


     Si todo va bien, la masa estará lista y tendrá un aspecto similar a la siguiente foto:


     ¡No olvides engrasar el molde! Yo lo hago con un spray desmoldante, pero déjate de chorradas de repostero pijo y engrásalo como se ha hecho toda la vida, con mantequilla y harina... ¡Así no se pegará nada!


    ¡Y listo! Echamos la mezcla en el molde y... ¡Al horno! Pre-calentado a 180 grados lo dejamos unos 40 minutos. ¡Pero recuerda que tú eres quien mejor conoce a tu horno! ¡No le pierdas de vista y pínchalo de vez en cuando... si sale limpio estará listo!


     Al final de su horneado, tendrá un aspecto parecido a este... ¡Te aseguro que por dentro está super esponjoso! (Y si no... ¡espérate a probar los recortes!)


    En este momento ya tenemos nuestro bizcocho listo para enfriarse. recuerda que, para cortarlo en capas y rellenarlo es necesario dejarlo enfriar bien, de lo contrario se nos romperá en parte (lo que me ocurrió a mí por no tener espera). Así que, mientras se enfría, Vanessa y un servidor nos pusimos elaborar algunos detalles de la tarta en Fondant.

    Tal y como había diseñado anteriormente, hicimos unas mariposas de fondant en tonos blancos, rosa y violeta. para unos Cupcakes que acompañarán a la tarta y que os expondré en otro Post y unas rosas blancas. En los próximos posts os trataré de explicar cómo se elaboran las rosas.



    Y una vez listos los detalles... ¡Pasamos al montaje de la tarta! Quizá lo más divertido de todo esto, porque entran en juego muchos factores. ¡Nosotros disfrutamos mucho en este paso!

    Con la ayuda de un cuchillo grande de cocina o una lira de sierra partimos en bizcocho en varios pisos. ¡Cuidado de que no se os parta! ¡Y si se os parte... tranquilos! Las imperfecciones del bizcocho las podremos ocultar con el relleno y nadie las verá... ¡ufff! ¡Menos mal! (jajaja)


    Y como previamente hemos hecho nuestro Ganaché de chocolate blanco vamos a ir rellenando cada uno de los pisos con la ayuda de una manga pastelera (aunque se puede hacer también sin ella).



   Y cuando tengamos relleno nuestra tarta, vamos a cubrirla por fuera con una capa de nata o de crema de queso igual que la que hacemos para los Cupcakes. (Os dejo el enlace para que sepáis cómo se hace ------> Crema de queso para Cupcakes




     Aquí es donde entran en juego los Kit-Kat. Vamos a ir separándolos de dos en dos barras y los vamos pegando a las paredes de la tarta como si estuviéramos alicatando. Podemos usar la misma creama de queso a modo de "mezcla" (se pega muy bien si le echamos unos puntitos de crema de queso)


    Para que quede muy bonita le ponemos un lazo de tela (habíamos hecho uno de fondant, pero pesaba demasiado y lo sustituimos por un lazo real).


    Y por último pasamos a montar la nata. En este caso, como quisimos jugar con los tonos violeta, teñimos la nata con ese color de manera degradada (de más oscuro a más claro) Tres tonos en total. 



     Finalmente le pusimos los detalles... rosas, mariposas y unas perlas tono metal que le dieron un toque muy elegante. 


     Y aquí estamos los dos luciendo nuestra tarta con orgullo. La verdad es que así, a priori parece todo un engorro y quizá sudemos sólo de pensar en todos sus pasos pero no es tan complicado. Merece la pena escuchar todos esos comentarios geniales que hacen los comensales y uno pues engorda tanto de comerla como de escuchar los alagos... Aquí os muestro una imagen del "corte" para que podáis ver como queda por dentro. 
    Nos consta que, tanto la "cumpleañera" como el resto de invitados disfrutaron mucho de esta preciosa tarta que hicimos con todo el cariño del mundo. Espero que os animéis a hacerla... si no así, de cualquier otra manera... y nos contéis qué tal fue vuestra experiencia. 

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